Había un perfume, si, que me endulzaba la vida. Un perfume especial, divertido, peleador, cariñoso. Un perfume que me dijo una tarde "Podría estar para siempre así", que sonreía y me hacía sonreír. El perfume contagiaba, me contagiaba su aroma, lo cual nos resutaba hermoso. El perfume no sabía que iba a hacer de su vida. Un día eligió. El perfumito se fue a ser feliz (
sin mi).
¡Adiós perfumito!
El perfumito no existe más.
(¡Qué rápido se me pasó el tiempo! Cuanto cambiaron las cosas...)